El inquieto bañezano Conrado Blanco González, dedicado a ensalzar a ilustres bañezanos que han enriquecido nuestro terruño, como se puede ver en los muchos libros editados y donados por él titulados: "Capiteles para la Historia de La Bañeza". Me decía hace pocos días posteriores al sonado homenaje que se le dedicó al insigne bañezano P. Juan de Ferreras. Conrado en "Capiteles IV- 2001", recogió y publicó bastante información de nuestro egregio compatriota (pp. 100-104). Lo que cualquier interesado puede constatar porque además menciona nombres y hechos que quedan para la historia.
También me indica Conrado que ya en 1994 se le había hecho un gran homenaje en Madrid y en La Bañeza, a este destacado humanista bañezano, haciéndome llegar fotocopia de lo reseñado en la pág. 6 de El Adelanto Bañezano del 11-11-1994 con la foto de la mesa en Madrid, la que trascribo para los visitantantes del Blog, ya que complementa información más amplia del personaje.
Trascripción de la página 6 de El Adelanto Bañezano de 11-11-1994:
** María Rosario
Ilustres personalidades, señoras, señores. Nos acompañan aquí, en la presidencia: D. Lorenzo Rodríguez (Párroco de la Iglesia de San Andrés Apóstol de Madrid), Dª Marya Nuncy Roy, en representación del Ayuntamiento de La Bañeza , el Conde de Gaviria (Presidente de la Casa de León en Madrid, y por supuesto, nuestra eximia conferenciante D.ª Mª. Águeda Castellano.
Con estas palabras, pronunciadas por Conrado Blanco, coordinador de los actos que con motivo del Homenaje que los Excmos. Ayuntamientos de Madrid y La Bañeza , la la Parroquia de San Andrés de Madrid, le están tributando al egregio bañezano y humanista D. Juan de Ferreras se inicia la primera conferencia. Conrado Blanco Comienza agradeciendo a D. Antonio Guirau y a D.ª Teresa Moreno, todas cuantas atenciones y facilidades han dado a la Comisión del Homenaje a Ferreras para que resultase lo más brillantemente posible.
Conrado Blanco continúa diciendo: hace años, en mi tierra del viejo Reino de León, a son de campana tañida, en recoleta plaza, se reunía el común de vecinos para tratar de los asuntos tocantes al buen gobierno y admiración de la villa. En otras ocasiones servía para que doctos e ilustres personajes con erudita y sabia palabra explicasen la legendaria gesta, el insólito acontecimiento o la vida y obra de algún preclaro hijo del pueblo.
Hoy aquí, en Madrid, en este Centro Cultural de la Villa , foro, ágora o tribuna de la cultura Española, nos hemos reunido para escuchar a una docta y erudita conferenciante: a D.ª Mª. Águeda Castellano, que amablemente y de manera altruista aceptó la invitación de colaborar en los actos que en homenaje al egregio bañezano D. Juan de Ferreras se están celebrando en Madrid y La Bañeza.
M.ª Águeda con mágica palabra nos va a introducir en ese agitado Madrid que vivió Juan de Ferreras, ella, mejor que nadie, nos conducirá por viejas calles con olor a historia y a intrigas. En ocasiones nos parecerá percibir el silente sonido de unas misteriosas pisadas, o percibiremos el fragante aroma que en invisibles volutas escapan de los aposentos de la reina Isabel de Farnesio, o el alegre repique de las campanas de San Andrés que invitan a sumarse a la procesión del Santo Patrono de la Villa , el glorioso San Isidro Labrador.
M.ª Águeda Castellano sabe imprimir ritmo a sus frases, y yo me atrevo a decir que sus disertaciones son cual melódica sinfonía, el escucharlas un regalo para el oído y un placer para el espíritu, ya que su palabra tiene dimensión y vida, y las descripciones que ella hace de situaciones, hechos o anécdotas son ventanas abiertas a la imaginación, donde se recoge el pálpito del sentimiento más profundo y sincero.
Muchos son los títulos que posee Mª Águeda, no voy a enumerarlos, pero sí, decirles que esta considerada como una de las personas mas relevantes de la elocuencia, en el actual movimiento cultural español.
Y todo esto que manifestó Conrado Blanco quedó sobradamente demostrado que Mª Águeda Castellano es única, es una conferenciante que sabe compaginar elocuencia, amenidad, interés y simpatía.
Durante una hora un selecto y numeroso público que había acudido a escuchar esta conferencia titulada “El Madrid de D. Juan de Ferreras”, quedaron prendidos en el mágico encanto de sus palabras. Mª Águeda con mano maestra nos pintó las primeras andaduras de Ferreras por tierras bañezanas e hizo un canto magistral de las mismas. Ella, nos va llevando por Colegios y Universidades, para más tarde conducirnos por los pueblos de la Alcarria donde tuvo los primeros curatos, y se detiene a a visitar al marqués de Mondejar y nos muestra un Ferreras estudioso y reflexivo. Ama la ciencia, está sediento de saber. Un buen día llega a Madrid, a San Pedro el Real, cerca de la Nunciatura ; pero pronto, por méritos propios obtiene el curato de la parroquia de San Andrés, la de más prestigio en el Madrid de entonces, ya que en esta Iglesia estaba enterrado San Isidro Labrador.
El auditorio sigue escuchando a Mª Águeda, como se dice vulgarmente, sin pestañear. Es tal el embrujo de su oratoria, que no hay toses, ni se miran los relojes, ni bisbiseos. Con la vista la miran, con los oídos la escuchan, con el espíritu la subliman…
Y la palabra la convierte en relato, y el relato en poema y el poema en música, y oímos las suaves notas de un clavicordio en el palacio de Felipe V. El rey se ha casado, precisamente el mismo año que Ferreras ha tomado posesión de la Parroquia de San Andrés. Felipe V, tiene 17 años, María Luisa Gabriela de Saboya, 12.
Mi pobre pluma no puede captar en toda su belleza la descripción que Mª Águeda Castellano hace de la Corte , de sus personajes, de las intrigas palaciegas, de la princesa de los Ursinos, de Alberoni, de Portocarrero, de Acquaviva y Aragón, del fallecimiento de la Reina , del segundo matrimonio del Rey con Isabel de Farnesio, y Mª Águeda atenta a la figura de Ferreras, no lo arrincona, nos lo muestra tal y como era, dinámico, luchador, como son los hombres de León, de La Bañeza. El va y viene de tertulias científicas y literarias, de investigar en los archivos, de sermonear en sus púlpitos. De aconsejar sabia y rectamente a los políticos, de prodigar la caridad sin ruidos ni alharacas, y Mª Águeda se crece y habla de España, de Madrid de La Bañeza. Y en apoteosis final evoca el incendio del Palacio Real, el viejo Alcázar, no sólo se queman obras de arte, objetos de gran valía que son reliquias de un esplendoroso pasado. Poco tiempo después fallece en su parroquia de San Andrés D. Juan de Ferreras, dos pérdidas irreparables. España pierde uno de los más grandes humanistas del siglo…
Una prolongada salva de aplausos dedicaron a Mª Águeda todos los asistentes al acto, y frases como estas: ¡Increíble! ¡Fabuloso! ¡Hacía años que no escuchaba una conferencia como ésta! ¡Hubiera estado toda la noche escuchándola…!"
* El Autor del libro "Capiteles IX para la Historia de La Bañeza" recoge y publica esta noticia (pp. 86-88. 2ª edición, enero 2010).
** María Rosario. Es el seudónimo de María del Rosario (Charo) González, quien estuvo presente en el acto que narra, siendo la organizadora del mismo, tanto en Madrid como en La Bañeza. Donde se pronunciaron varias conferencias en aquel entonces, como homenaje al mencionado P. Juan de Ferreras.
(Hasta aquí la aportación de Conrado Blanco González, relacionada con el P. Juan de Ferreras)
Cuadro del P. Juan de Ferreras, en el salón de actos del Ayuntamiento de La Bañeza:
Son diversas las ocasiones en las que he asistido a diversos actos en el Hemiciclo del Ayuntamiento, en el que vuelve a llamar mi atención el cuadro que en una de sus paredes luce de forma atractiva, por el color sepia de la imagen de Juan de Ferreras que, con el marco en color negro, resalta sobre el fondo blanco que proporciona la pared donde se ubica.
Claro que lo que más atrae del cuadro además de la enhiesta figura del personaje, es la leyenda al pie de foto en la que destaca en números romanos la fecha impresa: "A la edad de LXXIII AÑOS".
Es bastante elocuente que este ilustre personaje bañezano, vivió bastantes años para la época en que le tocó vivir, dado que el promedio de vida era mucho más bajo. Seguramente debería a que sus vastos conocimientos en todos los campos del saber, le debió de ayudar a vivir lo que en otros casos como el de sus congéneres no lo lograrían.
Se le agradece a D. Conrado Blanco la información aportada, así como su colaboración tanto escrita como personal, porque será un apoyo a los deseos de quienes deseamos promocionar a La Bañeza y sus gentes por todo el mundo. Y, para los demás hemos de sentirnos orgullosos de que el P. Juan de Ferreras, sea otro de nuestros coterráneos que alcanzaron tanto prestigio y reconocimiento.
José Fernández García
(C.I.B.)
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