A lo largo del año suelen celebrarse un considerable número de matrimonios en nuestro entorno que por su común repetitividad, no suelo reseñar ya que serían muchas bodas con escasa diferencia. Sin embargo, en esta ocasión hay dos que por su peculiaridad voy a ofrecer a los visitantes del bloc. Pues hay una que trata de una pareja originaria de El Polvorín, Encarna López y Nazario Carnicero (fueron mis vecinos) quienes han alcanzado los 50 años (Bodas de Oro) muy jóvenes y animosos. Él con frecuencia toca uno de sus varios instrumentos, camina con los andarines de Monte Urba y repara mil desperfectos como un jovenzuelo. Ella por su parte, baila con más espíritu que una quinceañera en el grupo de bailes de La Asunción, siendo también andariega junto con su esposo, atiende su hogar y colabora con asociaciones como si no pasaran los años por ella.
Dentro de la Semana del Peregrino, ya reseñado, el sábado 17 a las 14 horas tuvimos el privilegio de asistir a esta pareja del enunciado en una ceremonia con motivo de haber llegado a los 50 años de matrimonio en inmejorables condiciones.
Claro que lo más interesante de este tipo de acto (ya no es tan raro como hace unos años), son las condiciones físicas y mentales conque llegan a dicha efemérides.
Además como les dije al verles llegar, es una suerte que esté yo cubriendo vuestros lazos de renovación, en memoria de nuestro viejo vecindario del Polvorín.
Encarna y Nazario acompañados por el Grupo Musical Bañezaina hacia la entrada del templo:
En efecto, después de donde tu has andado es una gran suerte tenerte aquí, para que puedas testimoniar nuestras "Bodas de Oro". Confiando que sea todo de tu agrado porque como ves, nos hemos vestidos con los trajes típicos para que sea algo no tan serio como los trajes de ceremonia.
Sí la verdad es que si os detenéis un momento, quizás pueda hacer una impresión favorable en la que destaque el detalle de vuestra vestimenta, ya que hay en este momento un sol de justicia, por lo que os recomiendo entrar en la iglesia, ya que tenéis un pasillo de compañeras que os esperan que llevan rato sudando.
Nazario y Encarna hacen el paseillo entre las compañeras vestidas en los Trajes Regionales:
A los sones del grupo Bañezaina, las compañeras del grupo la Asunción colocadas cada lado haciendo pasillo, para que los homenajeados hicieran su entrada a la iglesia entre vítores y castañuelas que hicieron emocionar a los protagonistas.
Lógicamente, son lo momentos gozosos en que los amigos y compañeros, manifiestan su cercanía poniendo un marco excelente que intenté recoger, para disfrute posterior de estos antiguos vecinos con quienes sigo relacionándome a pesar de los años, ya que aquellos de la niñez y pubertad, son durables en el tiempo que produce las clásicas añoranzas.
Encarna y Nazario (descubierto) al pie del altar del recinto eclesiástico:
La entrada en la iglesia de la pareja fue emotiva para ambos, ya que no esperaban que el Coro de San Genadio, les recibiera con cánticos dedicados, lo que les llevo a sonreír y agradecer a todos tal detalle.
D. Arturo pronto quedó listo para iniciar la Eucaristía que comenzó cuando se ubicó el personal que acompañó a la pareja y el Coro de San Genadio detuvo el cante, para permitir al párroco que se dirigiera a los asistente mencionando el motivo de que fuera un tanto tardía la Misa, tras venir a todo gas desde Ribas de la Valduerna donde celebraban su fiesta, unido al intenso tráfico debido al mercadillo semanal.
D. Arturo con Nazario y Encarna arrodillados hace un recuento del acto a celebrar:
D. Arturo coincide con este servidor haciendo recuento de los muchos años de antaño, así como de la relación con esta pareja compañeros en Monte Urba con quienes son muchos los días que han compartido en las caminatas de los Caminos a Santiago y otras muchas actividades que desarrollan ambos.
Anima a los presentes que están en condiciones a llegar a estos buenos momentos de la vida familiar. Por que es bien sabido que, no es fácil llegar en buen estado como el de esta pareja, máxime en estos tiempos en los que casi se convierten en referencia.
No deja de animarles a que intenten llegar a otras efemérides notorias en los enlaces matrimoniales, porque verse rodeado de hijos, nietos y amigos por ello, es una meta que cuesta llegar a ella pero no es imposible. ¡Puja El Polvorín!
Al término de la misa hubo una comida para todos en un restaurante local que estuvo llena de camaradería, entrega de regalos y abrazos colectivos. Que llevaron a los celebrantes a pasar como corresponde un magnífico día. Vaya para ellos: ¡Felicitaciones y deseos de perpetuidad!
No deja de animarles a que intenten llegar a otras efemérides notorias en los enlaces matrimoniales, porque verse rodeado de hijos, nietos y amigos por ello, es una meta que cuesta llegar a ella pero no es imposible. ¡Puja El Polvorín!
Al término de la misa hubo una comida para todos en un restaurante local que estuvo llena de camaradería, entrega de regalos y abrazos colectivos. Que llevaron a los celebrantes a pasar como corresponde un magnífico día. Vaya para ellos: ¡Felicitaciones y deseos de perpetuidad!
La otra unión matrimonial esta relacionada con la celebración el 24-9-2011 en La Bañeza de una pareja jóvenes. La novia Yanet G. V. que forma parte de un "ramillete de rosas bañezanas" que, en su día, se reseñó en Entradas pasadas. El novio O. P. por su parte, aunque reside en otra provincia, se mueve por acá como pez en el agua. Resalto además que resultó la pareja más alegre que he visto salir de la iglesia tras la unión. Fue notorio incluso el detalle de un grupo de jóvenes invitados, quienes le dedicaron el Himno Nacional al aparecer en la puerta, como gran distinción al novio-esposo. Es más el nuevo matrimonio estuvo recorriendo calles y establecimientos del centro de la ciudad con mucha marcha y alegría. ¡Únicos!
Miguel Ángel y María Eugenia invitados a la boda de Yanet, el 24-9-2011:
Esta pareja de amigos que aparecen en la foto alusiva, celebraron su matrimonio tiempo ha, durante el que surgió la oportunidad de tomar la foto de varias jóvenes que, por su vestimenta, belleza y luz, quedó tan atractiva que la titulé: "Ramillete de bellezas bañezanas", por lo que en aquel tiempo se presentó en el bloc para los alejados.
Desde aquellos días a estos amigos de la foto, al igual que a la novia del momento, solemos comentar lo del "ramillete" al que se le ha agregado lo de rosas por razone obvias. Qué como se verá más adelante se puso de manifiesto porque era bueno el momento de hacer referencia. Ambos son hijos de Quintos míos.
Comenté con Miguel Ángel y María Eugenia: "queridos amigos como en vuestra unión matrimonial surgió lo del "ramillete", hoy tengo que tomaros una foto porque se os ve espléndidos, tanto en figura exterior como sentimiento interior, ya que lucís de forma atractiva y alegre. Por ello, os pondré en la Entrada que haré". Ah; ¡muchas gracias dijeron ambos!
Ana Vidal Álvarez, madre de la novia, llega a las puertas de la iglesia local de Santa María:
Ana me había comentado que no me olvidara de ir para ver a Yanet, por lo que estuve a la espera durante la que se apreciaron muchas cosas interesantes. Así que tan pronto vi a Ana con el vestido de color y cara risueña, le pedí acercarse a la alfombra indicando colocarse entre los arbolillos de adorno, tomando la foto que supongo le gustará.
También tal y como indican las normas, aproveché para felicitarla y le pregunté por el novio, por su esposo con la novia... A todo respondió con simpatía por lo que yo opté por entrar en la iglesia, esperando ver al novio antes de que llegara la novia.
Aunque las luces estaban apagadas vi los bancos y el entorno del altar, adornado con profusión de flores. Mientras en el fondo divisé al novio con la madrina (su madre), decidí seguir para la sacristía a pedir permiso a D. José Luis, para impresionar algunas fotos en ese momento, lo mismo que cuando llegara la novia.
El novio y su mamá al pie del altar a la espera de la novia:
Pregunté al joven novio si esperaba a Yanet, a lo que respondió con un sí, pasando a presentar a su mamá. Lo que aproveché para decirle: "Te informó que Yanet, forma parte de un "ramillete de rosas bañezanas", según las califiqué en su día, hecho que aparece en una de las Entradas del Bloc. Por favor. ¡Cuídala para que no se marchite!".
Le pareció curiosa la información, prometiendo cuidarla y mimarla, lo que provocó la sonrisa de la madre. Para quien añadí felicitaciones por lo del matrimonio, junto con la promesa de reseñar la ceremonia, ilustrando la misma con algunas fotos, si estas mostraban las imágenes favorables. Claro que es un día en que todas las miradas van para la novia que es quien crea expectativas.
Pues ya veis como el novio espera paciente, casi en solitario aunque la hora está cumplida. Mientras se puede ver en la foto que sigue que, la Plaza está llena de gente a la espera del arribo de la novia.
La novia Yanet con su padrino y padre Tomás, salen del automóvil que les traladó:
Fueron unos momentos emotivos porque la sonrisa de Yanet, es espontánea, lo que le aporta simpatía. Ello unido a su bonancible carácter, la hace atrayente para quien desee tratarla.
Se aprecia a su padre que le ayuda a colocar la cola del vestido, para iniciar el desfile hasta la alfombra roja que estaba próxima para seguir hacia adelante y acceder a la iglesia. A la vez que los numerosos curiosos presentes aplaudieron, escuchándose algunos vivas que coreaban el paseíllo de padre e hija, llenos de satisfacción.
Se dio lo que todo fotógrafo persigue, ya que el tiempo que se dedica a este tipo de actividad, se espera que se obtenga un buen trabajo. Se vio que además del profesional contratado, éramos muchos los aficionados deseando impresionar fotos y/o filmar ese desfile, tratando de testimoniar lo mejor que se puede el hecho que siempre agrada a los protagonistas.
Yanet y el Padrino caminan hacia la alfombra
Se aprecia a una chiquilla portadora de las Arras, para dar inicio a la marcha ante un buen número de asistentes y curiosos de los que nunca faltan a este tipo de evento. A pesar de que el sol de poniente daba contra luz, no por ello frenó a los aficionados a la fotografía que esperaban impacientes la llegada a la alfombra roja, para tratar de obtener la mejor foto posible.
Fueron unos minutos que se le debieron parecer horas al novio y su mamá, que esperaban al pie del altar. Pues las detenciones que pedían los expertos de las fotos, hacían demorar el paseo más de la cuenta.
La salvedad viene en que para la novia son momentos irrepetibles, pues la emoción de esa primera vez, al parecer que se siente, no será nunca más semejante. No se trata sólo del exterior, sino que recorrer el pasillo del recinto eclesiástico en su interior, al compás del regio sonido del Órgano en su honor, es algo memorable (según dicen) para las novias.
Panorámica a los pies del altar de novios y padrinos:
Miguel Ángel y María Eugenia invitados a la boda de Yanet, el 24-9-2011:
Esta pareja de amigos que aparecen en la foto alusiva, celebraron su matrimonio tiempo ha, durante el que surgió la oportunidad de tomar la foto de varias jóvenes que, por su vestimenta, belleza y luz, quedó tan atractiva que la titulé: "Ramillete de bellezas bañezanas", por lo que en aquel tiempo se presentó en el bloc para los alejados.
Desde aquellos días a estos amigos de la foto, al igual que a la novia del momento, solemos comentar lo del "ramillete" al que se le ha agregado lo de rosas por razone obvias. Qué como se verá más adelante se puso de manifiesto porque era bueno el momento de hacer referencia. Ambos son hijos de Quintos míos.
Comenté con Miguel Ángel y María Eugenia: "queridos amigos como en vuestra unión matrimonial surgió lo del "ramillete", hoy tengo que tomaros una foto porque se os ve espléndidos, tanto en figura exterior como sentimiento interior, ya que lucís de forma atractiva y alegre. Por ello, os pondré en la Entrada que haré". Ah; ¡muchas gracias dijeron ambos!
Ana Vidal Álvarez, madre de la novia, llega a las puertas de la iglesia local de Santa María:
Ana me había comentado que no me olvidara de ir para ver a Yanet, por lo que estuve a la espera durante la que se apreciaron muchas cosas interesantes. Así que tan pronto vi a Ana con el vestido de color y cara risueña, le pedí acercarse a la alfombra indicando colocarse entre los arbolillos de adorno, tomando la foto que supongo le gustará.
También tal y como indican las normas, aproveché para felicitarla y le pregunté por el novio, por su esposo con la novia... A todo respondió con simpatía por lo que yo opté por entrar en la iglesia, esperando ver al novio antes de que llegara la novia.
Aunque las luces estaban apagadas vi los bancos y el entorno del altar, adornado con profusión de flores. Mientras en el fondo divisé al novio con la madrina (su madre), decidí seguir para la sacristía a pedir permiso a D. José Luis, para impresionar algunas fotos en ese momento, lo mismo que cuando llegara la novia.
El novio y su mamá al pie del altar a la espera de la novia:
Pregunté al joven novio si esperaba a Yanet, a lo que respondió con un sí, pasando a presentar a su mamá. Lo que aproveché para decirle: "Te informó que Yanet, forma parte de un "ramillete de rosas bañezanas", según las califiqué en su día, hecho que aparece en una de las Entradas del Bloc. Por favor. ¡Cuídala para que no se marchite!".
Le pareció curiosa la información, prometiendo cuidarla y mimarla, lo que provocó la sonrisa de la madre. Para quien añadí felicitaciones por lo del matrimonio, junto con la promesa de reseñar la ceremonia, ilustrando la misma con algunas fotos, si estas mostraban las imágenes favorables. Claro que es un día en que todas las miradas van para la novia que es quien crea expectativas.
Pues ya veis como el novio espera paciente, casi en solitario aunque la hora está cumplida. Mientras se puede ver en la foto que sigue que, la Plaza está llena de gente a la espera del arribo de la novia.
La novia Yanet con su padrino y padre Tomás, salen del automóvil que les traladó:
Fueron unos momentos emotivos porque la sonrisa de Yanet, es espontánea, lo que le aporta simpatía. Ello unido a su bonancible carácter, la hace atrayente para quien desee tratarla.
Se aprecia a su padre que le ayuda a colocar la cola del vestido, para iniciar el desfile hasta la alfombra roja que estaba próxima para seguir hacia adelante y acceder a la iglesia. A la vez que los numerosos curiosos presentes aplaudieron, escuchándose algunos vivas que coreaban el paseíllo de padre e hija, llenos de satisfacción.
Se dio lo que todo fotógrafo persigue, ya que el tiempo que se dedica a este tipo de actividad, se espera que se obtenga un buen trabajo. Se vio que además del profesional contratado, éramos muchos los aficionados deseando impresionar fotos y/o filmar ese desfile, tratando de testimoniar lo mejor que se puede el hecho que siempre agrada a los protagonistas.
Yanet y el Padrino caminan hacia la alfombra
Se aprecia a una chiquilla portadora de las Arras, para dar inicio a la marcha ante un buen número de asistentes y curiosos de los que nunca faltan a este tipo de evento. A pesar de que el sol de poniente daba contra luz, no por ello frenó a los aficionados a la fotografía que esperaban impacientes la llegada a la alfombra roja, para tratar de obtener la mejor foto posible.
Fueron unos minutos que se le debieron parecer horas al novio y su mamá, que esperaban al pie del altar. Pues las detenciones que pedían los expertos de las fotos, hacían demorar el paseo más de la cuenta.
La salvedad viene en que para la novia son momentos irrepetibles, pues la emoción de esa primera vez, al parecer que se siente, no será nunca más semejante. No se trata sólo del exterior, sino que recorrer el pasillo del recinto eclesiástico en su interior, al compás del regio sonido del Órgano en su honor, es algo memorable (según dicen) para las novias.
Panorámica a los pies del altar de novios y padrinos:
Fue una entrañable ceremonia la de ese día del matrimonio de ambos jóvenes, para quienes se desea que sea duradera y propicia para "comer perdices". Es lo que la mayoría desea en estos casos, unido al repetitivo dicho de "Enhorabuena".
Por su parte el sacerdote en la imposición de anillos, siguiendo el ritual típico de estos actos, deja bien claro de lo que se trata. Lógicamente, en tales momentos se promete la luna y el sol, sobre todo aquello de ser en el futuro, más buenos que el pan tierno.
Un joven espera la salida del nuevo matrimonio para darles una sorpresa:
Se me había comentado el hecho inusual ya que pregunté, al notar ciertos movimientos unido a la pose del joven en lo alto a la espera de... Un hermano de este me informó de que se trataba de alagar al novio con la puesta a todo volumen de nuestro Himno Nacional, lo que hizo que algunos compañeros saludaran de forma clásica, al matrimonio a la puerta de salida de la iglesia.
Desde luego hay que ser joven para subir a esa parte de la iglesia, esperando con la paciencia de Job el momento de hacer sonar la música. Demás esta decir que fue una sorpresa inesperada, para los novios que entraron para salir convertidos en esposos.
También lo fue para todos lo presentes que aguardábamos a la salida. Ciertamente, fue un sorpresa que hizo que fuera una boda, diferente a otras en los últimos años. En fin, es evidente que en este tipo de ceremonia, casi siempre hay algo notorio que las diferencia entre sí.
El matrimonio de Yanet y O. P. salen de la iglesia para recibir lo clásico:
Se aprecia la legión de fotógrafos deseando recoger el momento de la salida del nuevo matrimonio, este contento se sorprende con el detalle explicado, lo que se ve en la sonrisa de Yanet, dejando patente que ha sido grata la atención.
Claro que más adelante, habría otros preparados para la siguiente escena de la que la nueva pareja sería la protagonista, recibiendo encima de su cuerpo el clásico baño de especies que se utilizan. Así como la cohetería que el hermano de Yanet, se encargó de que el ruido fuera acorde a todo lo demás porque un día; es un día.
Lo nuevos esposos reciben el diluvio de Arroz y otras especies al pasar a la calle:
Bueno aunque ellos digan que no, las evidencias dicen lo que hubo, quedando plasmado para el recuerdo testimonial de ese día.
Muchos cohetes se dispararon al aire, tampoco se olvidaron de explosionar una potente traca con bombas ruidosas. Todo sea, como en otras ocasiones, para que no pase desapercibido el hecho de que ha sido para o por los contrayentes.
Creo que es uno de los matrimonios más sonoros que hemos presenciado, también al que le hemos dedicado más tiempo, por aquello de...
Los esposos comienzan a ser felicitados por los asistentes:
Cada uno por su lado de la nueva pareja, ya que eran muchos los que deseaban darles la enhorabuena. Me acerqué para tomar esta foto, una vez que pasó la lluvia de arroz. Primero felicité al esposo para responder seguidamente al abrazo de Yanet, a quien le comenté lo que le había dicho a su esposo al pie del altar de: "cuidar la rosa de mi ramillete para que no se ponga mustia".
Le pareció muy bonito el comentario aunque debí separarme, porque eran muchos los que deseaban felicitarles, prometiendo vernos otro día, para hablar de ciertas cosas ya que ese no era el momento.
Siguió el desfile de amistades que supuso más tiempo del estimado. Aunque después de haber terminado salieron ambos con unos fotógrafos hacia el Café Royal, por la calle Juan de Mansilla, donde estuvieron unos minutos en los que yo no supe de que se trataba hasta unos días más tarde.
Tomás González Rodríguez y su esposa Ana Vidal Álvarez saludan a los presentes:
Tanto este servidor como mi esposa nos acercamos a los padres de Yanet, para felicitarles por el acontecimiento. Haciendo votos porque sea duradero, alegando que con el carácter de la nueva esposa pensábamos que así sería.
También que el resto del día ya que iban a celebrar el banquete en un restaurante a las afueras de la ciudad, fuera disfrutado en sana camaradería para bien de la nueva pareja.
Ellos estaban contentos de ser felicitados por ese motivo, aunque le parecía raro haber terminado, ya que los nervios pasados eran considerables. Así que para ese momento en que ya había pasado lo más fuerte, era necesario relajarse y disfrutar de lo que quedaba.
Nos despedimos corriendo porque había visto que los nuevos esposos, estaban regresando por los soportales, lo que me hizo correr para ver si podía aprovechar la luz del fotógrafo profesional, para poder yo plasmar una foto a mi gusto.
Yanet y su esposo posan para ese momento que queda como recuerdo:
Me pareció algo raro lo que estaban haciendo, aunque no pregunté porque me pareció que andaban apurados, deseando ir para otro lugar.
Así debió de ser porque de forma imprevista, bastante después, me los encontré regresando hacia la Plaza Mayor, para recorrer otras calles y lugares.
Ciertamente, es la primera vez que me encuentro a los nuevos esposos, recorriendo las calles y negocios de la ciudad, ya que la mayoría opta por ir en busca de paisajes verdes para hacerse las fotos. Sin embargo, en este caso son otros los objetivos.
He de destacar que tanto uno como la otra, mostraban una sonrisa de complacencia que les ayudaba a superar el cansancio por tales recorridos, con las poses para las fotos que agotan a sus protagonistas.
He de terminar esta Entrada que confió sea del agrado de los alejados ya que intenta cambiar algo los temas que os voy presentando, para que veáis que La Bañeza revive en muchos aspectos que yo trato de haceros llegar para que no perdáis el contacto.
Y, para los protagonistas de ambas bodas reseñadas: ¡ENHORABUENA!
José Fernández García
(C.I.B.)
Me ha encantado encontrar tu blog. Viví siete años en La Bañeza y de ellos tengo muy gratos recuerdos. Un saludo.
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